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¿Mala digestión? Consejos y remedios para quienes tienen dificultades para digerir

Uno de cada cuatro italianos sufre gastritis, reflujo gastroesofágico, hiperacidez, ardores de estómago o tiene dificultades para digerir.

La producción fisiológica de ácido clorhídrico, una sustancia de por sí útil para facilitar la pre-digestión de los alimentos y para desinfectar la mucosa del estómago, si es excesiva, , puede, de hecho, provocar una inflamación de las paredes gástricas, que se manifiesta precisamente con la aparición de eructos, ardor de estómago, molestias o dolor en la zona posterior al esternón y tos con regurgitación ácida.

 

 

¿Cuáles son las causas del reflujo y la acidez de estómago?

Los síntomas del reflujo gastroesofágico y la acidez de estómago aparecen cuando comemos demasiado, muy rápido o abusamos de bebidas y alimentos que estimulan la contracción de las mucosas y estimulan la producción de ácido.

 

El estrés, la ansiedad y la tensión también pueden aumentar indirectamente la producción de ácido en el estómago: la "dispepsia funcional" es uno de los trastornos más frecuentes causados por la somatización de la ansiedad en el estómago. La activación del sistema nervioso simpático que se produce en situaciones de estrés altera de hecho la motilidad del aparato digestivo, interfiriendo negativamente en los procesos de digestión y absorción de nutrientes. El cortisol producido en respuesta al acontecimiento estresante tiende a inhibir la producción de moco gástrico, que es la barrera protectora natural más importante del estómago contra los efectos del ácido clorhídrico.

 

 

Ardor de estómago: ¿qué hacer cuando la acidez inflama el estómago?

Cuando sufrimos ardor de estómago, solemos recurrir a los antiácidos, que contienen sustancias como el hidróxido de aluminio y de magnesio, las cuales reaccionan con el ácido clorhídrico producido por el estómago y lo neutralizan sin afectar, no obstante, a los mecanismos que regulan la secreción de ácido.

 

Actuando localmente, los antiácidos sólo pueden contrarrestar temporalmente los efectos del exceso de acidez, pero no resuelven de forma permanente las causas del ardor de estómago están , por tanto, indicados para aliviar a corto plazo las molestias ocasionales, como las causadas por la ingesta de comidas copiosas o grasas y otros alimentos difíciles de digerir.

 

Si las molestias gástricas, por el contrario, son frecuentes y repetidas, tienden a cronificarse y se asocian a afecciones como la gastritis, el reflujo gastroesofágico y la úlcera péptica, no basta con acallar temporalmente los síntomas.

En este caso, se prescriben sobre todo tratamientos farmacológicos que inhiben el receptor que estimula la producción de ácido,por lo que acaban, si se toman durante periodos prolongados, reduciendo o bloqueando la producción de ácido clorhídrico por el estómago.

 

Sin embargo, inhibir la producción de ácido clorhídrico en el estómago recurriendo a estas categorías de medicamentos durante períodos prolongados, por un lado permite resolver momentáneamente el problema, pero por otro bloquea la actividad desinfectante, alterando el correcto funcionamiento fisiológico del aparato digestivo y corriendo el riesgo de provocar una disbiosis intestinal.

 

 

Más vale prevenir que curar: consejos para una buena digestión

Como siempre, son los buenos hábitos alimentarios y un estilo de vida correcto los que nos permiten mantener a lo largo del tiempo una digestión eficaz y una buena salud gástrica, alejando posibles trastornos como la acidez y el reflujo.

 

En este sentido, algunos consejos para una buena digestión son siempre válidos:

  • Dividir las comidas en varios momentos del día, prefiriendo alimentos ligeros, sin refinar, frescos, de temporada y con condimentos sencillos;
  • evitar el alcohol, el café, las bebidas gaseosas, así como los alimentos especialmente grasos o "acidificantes": cítricos, tomates, cebollas, carne, quesos curados, especias, legumbres...
  • preferir el consumo de frutas como manzanas, arándanos, higos y plátanos, que, además de reducir la acidez gástrica, tienen una acción gastroprotectora, favoreciendo la secreción de moco gástrico y siendo excelentes alimentos para digerir bien;
  • masticar lentamente y procurar comer a horas regulares, con un estado de ánimo tranquilo y en un entorno tranquilo;
  • Evitar en la medida de lo posible las situaciones estresantes y practicar de forma constante actividades que ayuden a mantener el estrés bajo control: yoga, meditación, paseos por entornos naturales, pero también actividades físicas destinadas a aliviar la tensión;
  • Evitar el consumo excesivo de fármacos y antiinflamatorios, que contribuyen a irritar las paredes gástricas;
  • reducir o eliminar el consumo de tabaco, ya que la nicotina induce una estimulación de la secreción ácida gástrica y reduce el tono basal del esfínter esofágico inferior;
  • evitar tumbarse en posición horizontal durante al menos un par de horas después de comer, para no dificultar el vaciado gástrico;
  • evitar llevar ropa demasiado ajustada que comprima excesivamente el abdomen.

 

 

¿Los buenos hábitos para una buena digestión no bastan? Recurra a remedios naturales para la digestión: enzimas y hierbas medicinales

Las tisanas a base de hierbas medicinales cuya actividad procinética y anticancerígena es conocida desde siempre -hinojo, alcaravea, anís, regaliz, jengibre- tienen un efecto positivo sobre el bienestar gástrico, ayudando a contrarrestar los trastornos digestivos debidos a comer en exceso o las dificultades digestivas temporales provocadas por situaciones de estrés. Estos remedios naturales para la digestión reducen los gases, aliviando la dispepsia y los eructos, y facilitan el peristaltismo, favoreciendo el vaciado gástrico.

 

La menta, la manzanilla, la malva y la angélica, con sus efectos miorrelajantes y antiinflamatorios, calman las contracciones abdominales y el dolor gástrico, facilitando la digestión y ayudando a la producción de mucosidad con acción protectora.

 

Una alternativa eficaz para aliviar y contrarrestar los trastornos gástricos y digestivos la ofrecen también innovadoras fórmulas naturales, complementos alimenticios y productos sanitarios en algunos casos exentos de carbonatos y sustancias amortiguadoras, que por tanto no sólo alivian los síntomas debidos a la acidez gástrica sino que tienden a restablecer la función normal y fisiológica del estómago. Favorecen las funciones digestivas gracias a enzimas digestivas específicas obtenidas por fermentación fúngica y bacteriana, útiles para la digestión de los hidratos de carbono, las proteínas complejas, las fibras celulósicas, la lactosa y las grasas.

 

En otros casos, sin embargo, estos remedios para las malas digestiones actúan protegiendo y reparando las paredes irritadas por el ácido clorhídrico, gracias al ácido hialurónico, que ejerce actividades hidratantes y reparadoras y de recubrimiento de las membranas, así como a fondos específicos de sustancias con acción filmógena y protectora de la mucosa gástrica -como el gel de hoja de aloe, las hojas de malva y las raíces de malvavisco-.

 

Las formulaciones a menudo se enriquecen además con aquellos fitoactivos naturales cuya acción antiinflamatoria y espasmolítica está ampliamente reconocida, como el emblico, la manzanilla, con una acción miorrelajante sobre la mucosa lisa y el zumo de arándanos, antioxidante natural.

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